VÍNCULO PEDAGÓGICO Y CUARENTENA




VÍNCULO PEDAGÓGICO Y CUARENTENA   
   La lectura de las cartas producidas y de las comunicaciones que dan cuenta del trabajo realizado, más el hecho de recibir consultas y pensar respuestas ante dificultades del momento que se manifiestan en nuestra comunidad escolar y, de una u otra manera, en las demás, nos llevan a quedarnos con cinco puntos que pueden ser organizadores del abordaje de la situación:

1)      Los días de clases presenciales que no pudimos concretar, son notablemente menos de los que parecen. En las tres primeras semanas de cuarentena tuvimos dos días feriados en cada una. En esta cuarta semana que acabamos de iniciar, aún hay dos días de pascuas judías. Según se distribuyen en las agendas de cada curso y cada docente las clases de cada asignatura, los días concretos de clases que no se dieron en la modalidad tradicional pueden ser menos que los que la preocupación por no atrasarnos con los contenidos puede hacernos sentir.

2)      Casi en el mismo sentido que el del punto anterior, nos pareció importante tener presente que en estas primeras semanas del ciclo lectivo estaríamos trabajando en la evaluación diagnóstica más que avanzando en el despliegue de trabajo vinculado a contenidos esencial y formalmente novedosos.

3)      Creemos que, tanto la falta de encuentro personal como el hecho de que nadie está en condiciones de abordar la labor escolar liberándose de las circunstancias de su casa, hacen extremadamente difícil que las calificaciones numéricas no actúen como factor de presión; lo cual, más allá de las opiniones personales al respecto, es conveniente evitar en el contexto actual.

4)      La asimetría en la relación entre estudiantes y docentes nos ubica en un lugar de mucha mayor responsabilidad ante la calidad del vínculo que se construya y establezca. Esto que, en los últimos años, nos acostumbramos a pensarlo y tenerlo presente desde un hincapié fuerte relativo a evitar y detectar situaciones de abuso, acoso y discriminación, es necesario recuperarlo en el actual contexto de pandemia. Estudiantes y docentes quedamos cotidianamente expuestos a la fragilidad de la existencia (la nuestra y la de las personas que queremos), y a la imposibilidad de lidiar con nuestras situaciones personales mediante actividades y relaciones sostenidas fuera de nuestros hogares. Esto podría expresarse en enojos, incumplimientos de plazos y formatos, indiferencia, etc., ante los cuales necesitamos actuar en función de restablecer, cuidar, mejorar el vínculo pedagógico, ayudando a asumir las mutuas responsabilidades que éste implica, habilitando relaciones de reciprocidad y aportando capacidad de negociación, flexibilidad y creatividad para descubrir las posibilidades adecuadas a los objetivos asumidos.

5)      Teniendo en cuenta que el actual contexto implica multiplicación de las dificultades para realizar tal o cual labor en cierto horario, plazo o formato, pensamos que la promoción de la autonomía de cada estudiante en la resolución de su trabajo escolar, objetivo de importancia esencial en el transcurso de la normalidad, cobra particular relevancia como capacidad de adecuación a las extraordinarias circunstancias. El mismo acompañamiento que favorezca el compromiso de cada estudiante en su relación con cada asignatura, puede habilitar el encuentro con sus posibilidades.
 Abrazos. Que estén bien.

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